jueves, 11 de octubre de 2012

valores y antivalores

valores y antivalores


El mundo de los valores es amplio, complejo y en permanente transformación.  En cada época aparecen nuevos valores o los viejos valores cambian de nombre.  Todos somos libres además de escoger nuestros valores y darles el orden y la importancia que consideremos correctos de acuerdo a nuestra manera de ser y de pensar.  Sin embargo, hay valores que no cambian, que se conservan de generación en generación, siempre y en todas partes.  Valores universales, que exigiríamos a cualquier persona.
La palabra valor viene del latín valor, valere (fuerza, salud, estar sano, estar fuerte).  Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y estimación.  En el campo de la ética y la moral los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea.  En un paisaje, por ejemplo (un paisaje hermoso), en una persona (una persona solidaria), en una sociedad (una sociedad tolerante), en un sistema político (un sistema político justo) y así sucesivamente.
De los valores depende que llevemos una vida grata, alegre, en armonía con nosotros mismo y con los demás, una vida que valga la pena de ser vivida y en la que podamos desarrollarnos plenamente como personas.
Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.

Los valores, son inculcados por los padres, maestros, religiosos y por la sociedad. Estos valores no se cuestionan, pues forman parte de la esencia misma del criterio y de la conciencia individual. Así, La moral y la ética, son disciplinas normativas que definen el bien y el mal, y que encaminan al individuo hacia los valores. Sin embargo son diferentes en lo siguiente: La Ética se afinca en la razón, y depende de la filosofía, la Moral se apoya en las costumbres, y la conforman un conjunto de elementos normativos que la sociedad acepta como válidos.
En nuestra época la problemática de los valores ha adquirido una relevancia de primer orden, y está en el centro de agudas disquisiciones teórico – filosófica, ante las preguntas: ¿Puede el hombre hallar solución al conflicto que durante milenios ha tenido con su propia esencia? ¿Podrá el hombre realmente llegar a ser feliz? ¿Cuándo el hombre será hermano del hombre y no su lobo? Las respuestas menudean, y por supuesto, son múltiples los puntos de vista en dependencia de la concepción del mundo de quien interprete este fenómeno;
Nuestros valores son una parte de nosotros que no podemos separar de nuestra personalidad. Viene a ser el sistema de navegación que nos guía. Permite establecer prioridades en la vida y sirve de patrón para juzgar lo que debemos aceptar o rechazar.
El hombre moderno inmerso en su vorágine, que ha traído como resultado la formación de un mundo unipolar, la desideologización de las relaciones internacionales, el proceso de globalización y la política neoliberal de algunos estados del tercer mundo, nos lleva a preguntarnos  si existe algo en el ser humano indestructible que le permita establecer un diálogo fraterno con sus semejantes y al mismo tiempo dar su vida por los mismos.
Una persona, debe actuar a la manera de una composición musical: la letra y la música deben coincidir. Si lo que digo y lo que hago es lo mismo los resultados serán coherentes.

La clave para la grandeza es “Ser en verdad lo que aparentamos ser”. Sócrates.
Frecuentemente tratamos de lograr un “hacer  o tener humano” antes de lograr un “ser humano”
Importancia de los valores.
Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, con base en ellos decidimos cómo actuar ante las diferentes situaciones que nos plantea la vida.  Tienen que ver principalmente, con los efectos que tiene lo que hacemos en las otras personas, en la sociedad o en nuestro medio ambiente en general.  De manera que si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para que, a través de él, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá mucho para darnos.
Son, pues tan humanos los valores, tan necesarios, tan deseables, que lo más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros, defenderlos en donde estén en peligro o inculcarlos en donde no existan.  En este punto es donde intervienen la moral y la ética.
Todos los valores se refieren a las necesidades o aspiraciones humanas, las cuales pueden ser:
Fisiológicas  todo ser humano tiene que satisfacer, por ejemplo, el alimento, el vestido, la vivienda.
De seguridad, que se refieren al temor a ser relegados por los demás. Los valores físicos, como el afecto y la salud, así como los valores económicos, el poseer una existencia con un mínimo de confort, satisfacen en gran medida estas necesidades básicas.
Sociales: Cuando un núcleo familiar ya no es suficiente para el desarrollo de la persona por lo que tendemos a formar nuevos grupos de pertenencia. Se busca ser digno ante uno mismo y ser alguien ante los demás. Aquí encontramos valores como la fama, el poder, el prestigio, el amor y el afecto.
Autorrealización: Se refiere a encontrar un sentido a la vida, trascender en una obra creativa, luchar por un ideal, como la verdad, la belleza o la bondad. Estas necesidades se satisfacen por medio del cultivo de la ciencia, el arte, la moral y la religión.

Valores Morales
Son aquellos valores que perfeccionan al hombre en lo más íntimamente humano, haciéndolo más humano, con mayor calidad como persona. . El concepto de valores se trató, principalmente, en la antigua Grecia como algo general y sin divisiones, pero la especialización de los estudios en general ha creado diferentes tipos de valores, y han relacionado estos con diferentes disciplinas y ciencias. Los valores morales surgen primordialmente en el individuo por influjo y en el seno de la familia.
Para que sea efectiva  la transmisión de valores es de vital importancia la calidad de las relaciones con las personas significativas en la vida; los padres, hermanos, parientes y posteriormente amigos y maestros. Es además indispensable el modelo y ejemplo que estas personas significativas muestren al individuo,  para que haya una coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Valores Éticos.

Los valores éticos son estructuras de nuestro pensamiento que mantenemos pre- configuradas en nuestro cerebro como especie humana de cara a nuestra supervivencia. Los valores éticos son medios adecuados para conseguir nuestras finalidad. Al hablar de valores es importante diferenciar entre los valores que podemos llamar finales y los valores de tipo instrumental. Los valores instrumentales son modos de conductas adecuados o necesarios para llegar a conseguir nuestras finalidades o valores existenciales.

Sus definiciones y contenidos han cambiado en el curso de la Historia.  Los valores son creencias de mayor rango, tienen una expresión de consenso social, y es un componente de la cultura, que incluye asimismo a los agnósticos con los movimientos de anti- valores o bien por su sustitución por otro grupo de valores.
Moral y Ética
Los significados de las palabras moral (del latín mores,  costumbres) y ética (del griego ethos, morada lugar donde se vive).  Son muy parecidos en la práctica.  Ambas expresiones se refieren a ese tipo de actitudes y comportamientos que hacen de nosotros las mejores personas, más humanas.  Si bien la moral describe los comportamientos que nos conducen hacia lo bueno y deseable, y la ética es la ciencia filosófica que reflexiona sobre dichos comportamientos, tanto una como otra nos impulsan a vivir de acuerdo con una elevada escala de valores morales.
Algunos Valores Morales.
Libertad, Igualdad, Fraternidad, Humildad, Amor, Honestidad, Tolerancia, Paz, Respeto, Responsabilidad, Justicia, Fidelidad, Lealtad, Generosidad, Solidaridad, etc.
Libertad: La palabra libertad (derivada del latín libertatem) designa la facultad del ser humano que le permite decidir llevar a cabo o no una determinada acción. Estado que define a quien no es esclavo, ni sujeto ni impedido al deseo de otros de forma coercitiva. En otras palabras, lo que permite al hombre decidir si quiere hacer algo o no, lo hace libre, pero también responsable de sus actos.
La libertad parece ser el bien más preciado que posee el hombre. Libertad de conciencia, para alcanzar una vida coherente y equilibrada desde el interior, libertad de expresión, para difundir las ideas,  promover el debate y la discusión abierta. Libertad de reunión como garantía para asociarse con aquellos que comparte ideales y trabajar por los mismos. Libertad para ser elegido y elegir responsable y pacíficamente a los cargos de participación y representación colectiva.
Igualdad: Principio que reconoce a todos los seres humanos capacidad para los mismos derechos con independencia de su raza, sexo,  religión,  condición social o circunstancia personal.
La igualdad social, es una condición según la cual las personas tienen las mismas oportunidades y/o derechos en algún aspecto. Por lo tanto podemos deducir que el vocablo empleado “Igualdad Social” se refiere a la asociación de seres vivos que funcionan mediante relaciones organizadas e interdependientes, que se llevará a cabo a través de un complejo sistema de relaciones entre individuos y grupos basado en valores simbólicos compartidos y en creencias y normas comunes.
Fraternidad: Es un sentimiento que proviene del alma. A un nivel más elevado por decirlo así, que el de la amistad; ya que la amistad implica el conocimiento mutuo entre dos seres humanos, y que está condicionada a que exista cierta correspondencia, cierta afinidad de carácter, de pensamiento, de gustos y aficiones, etc., pero por su naturaleza, tan frágil, es un lazo que nos une con nuestros semejantes, que puede romperse, a veces por una mínima discrepancia, por lo que es menester cultivarla con mucha sutileza.
Fraternidad, es el lazo indestructible que nos une con nuestros semejantes en nuestros intereses comunes, sin implicar condición alguna; es la expresión del alma, es la manifestación libre del amor hacia nuestros semejantes. No importando que tengamos diferentes creencias, diferente ideología, diferentes gustos y aficiones o posición social.
Humildad: El termino humildad viene de humus, palabra de origen latino que significa tierra fértil, rica en nutrientes y preparada para recibir la semilla. Así una persona humilde esta siempre dispuesta a aprender y dejar brotar en el suelo fértil de su alma, la  buena semilla.

La verdadera humildad es sólida, segura, sobria. Y jamás comparte con la hipocresía o con el engaño. La humildad es la más noble de las virtudes ya que solamente ella predispone a su portador a la sabiduría real. Humildad es reconocer nuestras debilidades, cualidades  y capacidades para aprovecharlas en beneficio de los demás, sin decirlo.
Amor: El amor es considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. El amor no sólo está circunscrito al género humano sino también a todos aquellos seres que puedan desarrollar nexos emocionales con otros, por ejemplo, delfines, perros, caballos, etc.

Generalmente se asocia, el término, con el amor romántico, una relación pasional entre dos personas con una importante influencia en sus relaciones interpersonales y sexuales. Sin embargo el término se aplica también a otras relaciones, tales como el amor platónico o el amor familiar, y también en un sentido más amplio se habla de amor hacia Dios, la naturaleza, la humanidad en su conjunto (lo cual suele asociarse a la empatía), y otros. En la mayoría de los casos significa un gran afecto por algo que ocasiona placer o felicidad a quien realiza la acción de amar.
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no  goza de la injusticia, mas  goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
Honestidad: La honestidad es una cualidad humana consistente en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, y de acuerdo con los valores de verdad y justicia. En su sentido más evidente, la honestidad puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos, la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo
Responsabilidad: La responsabilidad es la virtud o disposición habitual de asumir las consecuencias de las propias decisiones, respondiendo de ellas ante alguien. Es la capacidad de dar respuesta de los propios actos. Una persona responsable toma decisiones conscientemente y acepta las consecuencias de sus actos, dispuesto a rendir cuenta de ellos.

Para que exista responsabilidad, las acciones han de ser realizadas libremente. En este sentido, ni los animales, ni los locos, ni los niños pequeños son responsables de sus actos pues carecen de uso de razón (y el uso de razón es imprescindible para la libertad). Debe existir una norma desde la que se puedan juzgar los hechos realizados. La responsabilidad implica rendir cuenta de los propios actos ante alguien que ha regulado un comportamiento.

La responsabilidad moral ocupa un lugar cada vez más importante en la opinión pública cuando la adjudicación de la responsabilidad jurídica a través de los tribunales es insuficiente para cerrar casos como son, por ejemplo, escándalos de corrupción ligados al ocultamiento de cifras en la contabilidad de empresas, derramamiento de petróleo en zonas naturales, financiamientos ilegales de campañas y escándalos de corrupción política.

Tolerancia: Es saber respetar a las demás personas en su entorno, es decir en su forma de pensar, de ver las cosas, de sentir y es también saber discernir en forma cordial en lo que uno no está de acuerdo.  La tolerancia es el respeto con igualdad, sin distinciones de ningún tipo. La tolerancia es aceptarse unos a otros. Debemos aceptarnos a nosotros mismos y luego aceptar y respetar a todos los demás. Aceptar a los demás como son, sin peros y sin reparos. 

Paz: Concordia y buena correspondencia de los unos con los otros. También, virtud que pone sosiego en el ánimo. El primer paso hacia la paz, consiste en adiestrar a las generaciones actuales para que en todo se guíen por un sentido de justicia absoluto y de benevolencia. Es quizás prioridad esencial de nuestro mundo, el cual ha sufrido dos grandes guerras, con consecuencias devastadoras para los pueblos y las personas, un mundo que todavía se enfrenta a un sinnúmero de conflictos locales y regionales.
Respeto: como valor que faculta al ser humano para el reconocimiento, aprecio y valoración de las cualidades de los demás y sus derechos, ya sea por su conocimiento, experiencia o valor como personas, es el reconocimiento del valor inherente y los derechos de los individuos y de la sociedad, los cuales deben ser considerados como el foco central para lograr que las personas se comprometan con un propósito más elevado en la vida.
El respeto no es sólo hacia las leyes o la actuación de las personas. También tiene que ver con la autoridad como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros. Respeto es reconocer en sí y en los demás sus derechos y obligaciones con dignidad dando a cada quien su valor.
“No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”

Solidaridad: Es un sentimiento y un valor por los que las personas se reconocen unidas, compartiendo las mismas obligaciones, intereses o ideales y constituye uno de los valores fundamentales dentro de la ética moderna.
Lealtad: es la cualidad de aquellas personas que acatan las leyes o cumplen los acuerdos, tácitos o explícitos. También se aplica a la conducta de ciertos animales que tienen especial relación con los seres humanos, como los perros o los caballos. Es un término estrechamente relacionado con el de fidelidad.

Fidelidad: es una noción que a su nivel más abstracto implica una conexión verdadera a una fuente o fuentes. Su significado original se trató de la lealtad y atención al deber de una persona a un señor o un rey. “Fidelidad” deriva de la palabra fidelitas (latino), y su significado es servir a un dios.
Es un valor moral que faculta al ser humano para cumplir con un apoyo y compañía, basados en un mutuo respeto con su pareja. También se puede decir que es la capacidad de no engañar, no traicionar a los demás en los pactos y compromisos. Fiel es la persona cuyo comportamiento corresponde a la confianza puesta en ella o a lo que exige de ella el amor, la amistad, el deber, etc.
Justicia: es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.
Este conjunto de reglas tiene un fundamento cultural y un fundamento formal: El primero, (cultural) se basa en un consenso amplio de los individuos de una sociedad sobre lo bueno y lo malo, y otros aspectos prácticos de como deben organizarse las relaciones entre personas. Se supone que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros tiene una concepción de lo justo, y se considera una virtud social el actuar de acuerdo con esa concepción. El segundo (formal) es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que son aplicadas por jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a los miembros e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan en sus relaciones.
La Justicia no es dar o repartir cosas a la humanidad, sino  saber decidir a quien le pertenece esa cosa por derecho. La Justicia es ética, equitativa y honrada.  Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo. Es aquel sentimiento de rectitud que gobierna la conducta y hace acatar debidamente todo los derechos de los demás.

Integridad: La integridad no es un hecho dado en la vida del ser humano. Es el resultado de autodisciplina, confianza interna y una decisión de actuar  con honestidad inexorable en todas las situaciones de la vida. En una sociedad donde se pierden los valores y crece la desconfianza, la integridad es un desafío impresionante en los negocios, la familia, el estado y la sociedad en general.
La palabra “integridad” implica rectitud, bondad, honradez, intachabilidad; alguien en quien se puede confiar; sin mezcla extraña; lo que dice significa eso, lo que dijo; cuando hace una promesa tiene la intención de cumplirla.
La integridad es antitética al espíritu de nuestra época. La aflictiva filosofía de vida que guía nuestra cultura gira alrededor de una mentalidad materialista de consumo. La apremiante necesidad del momento reemplaza a la consideración de valores que tienen repercusión eterna.
Sinceridad: Los griegos eran expertos en hacer figuras en mármol. Muchas veces al estar trabajando el mármol descubrían grietas en él, la cual, naturalmente, le quitaba valor a la obra. Algunos, entonces, cubrían esas grietas con una cera especial; la pulían y quedaba aparentemente perfecta, pero cuando la figura era expuesta al calor del sol la cera se derretía y quedaba descubierto el engaño. Por eso, era común encontrar, donde vendían esas piezas de mármol, un letrero que decía: “Se venden figuras en mármol puro; sin cera.” De ahí, viene nuestra palabra en español sincera/o. Eso es integridad, sin grietas.
ANTI-VALORES
Así como hay una escala de valores morales también la hay de valores inmorales o anti- valores.  La deshonestidad, la injusticia, la intransigencia, la intolerancia, la traición, el egoísmo, la irresponsabilidad, la indiferencia, son ejemplos de esto anti-valores que rigen la conducta de las personas inmorales.  Una persona inmoral es aquella que  se coloca frente a la tabla de los valores en actitud negativa, para rechazarlos o violarlos.  Es lo que llamamos una “persona sin escrúpulos”, fría, calculadora, insensible al entorno social.
El camino de los anti-valores es a todas luces equivocado porque no solo nos deshumaniza y nos degrada, sino que nos hace merecedores del desprecio, la desconfianza y el rechazo por parte de nuestros semejantes, cuando no del castigo por parte de la sociedad.
Algunos Anti-valores

Esclavitud: es la situación en la cual un individuo está bajo el dominio de otro, perdiendo la capacidad de disponer libremente de sí mismo. La esclavitud se remonta a las civilizaciones antiguas. Históricamente se ha demostrado que su razón de ser radica en el fortalecimiento y sostenimiento de la actividad económica, ya que normalmente los esclavos eran empleados como mano de obra.
Desigualdad: Se refiere a una situación en la que no todas las personas y ciudadanos de una misma sociedad, comunidad o país, tienen iguales derechos y obligaciones.

Discriminación: Discriminar significa diferenciar, distinguir, separar una cosa de otra. La discriminación es una situación en la que una persona o grupo es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta; debe distinguirse de la discriminación positiva (que supone diferenciación y reconocimiento). Entre esas categorías se encuentran la raza, la orientación sexual, la religión, el rango socioeconómico, la edad y la discapacidad.

Egoísmo: En general, el egoísmo se define como una  conducta  que consiste en poner los intereses propios en primer lugar.  Excesivo aprecio que tiene una persona por sí misma, y que le hace atender desmedidamente a su propio interés, sin preocuparse del de los demás.

Odio: Es un sentimiento negativo, de profunda antipatía, disgusto, aversión, enemistad o repulsión hacia una persona, cosa, situación o fenómeno, así como el deseo de evitar, limitar o destruir aquello que se odia.

Arrogancia: La arrogancia es el estado de estar convencido del derecho a situarse por encima de los otros. El arrogante (o soberbio) pretende ser superior a los demás, y desdeña la humildad.  El arrogante no admite sus propios límites,  y por lo tanto, llega con frecuencia a opinar sobre temas que desconoce, sólo para dar la impresión de inteligencia, sabiduría o conocimiento desbordado. Al mismo tiempo, desprecia a los que pueden saber más que él, negándose a aceptar críticas o a debatir sus puntos de vista, considerados por él como verdad absoluta. El soberbio puede llegar a invertir grandes recursos (tiempo, dinero y esfuerzo) en intentar demostrar testarudamente su errado punto de vista.
Intolerancia: Se define como la falta de la habilidad o la voluntad de tolerar algo. Y la intolerancia social  es aquella mediante la cual el individuo quiere que solo su opinión sea escuchada y no acepta las ideas de los demás.

Intransigencia: intolerancia, inflexibilidad, empecinamiento, fanatismo, terquedad, cabezonería, obstinación.

Deshonestidad: Ser deshonesto es ser falso, ficticio, impostado. La deshonestidad no respeta a la persona en si misma ni a los demás. La deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento. Es una disposición a vivir en la oscuridad.
La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo en que imperara la realidad y estuviera habitado por seres humanos plenamente conscientes. Los seres humanos, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón. Debido a esto, en asuntos laborales, de trabajo o bien familiar conlleva a la desconfianza en todos los puntos que le compete; creando una fuerte traba con quienes interacciona.
Irrespetamos nuestros sentimientos cuando no los valoramos, para cumplir con el mandato de no sentir o no expresar lo que sentimos, empleando muchas veces el rebusque como mecanismo de defensa. Entonces en lugar de expresar nuestras emociones las represamos, por el miedo a ser juzgados.
Irrespeto: Es no tratar a los demás de acuerdo con la dignidad que le corresponde. Las faltas de respeto voluntarias son injusticias. La  dignidad requiere de los demás un comportamiento  adecuado  que conduzca a un ambiente cordial, amable y armónico
Irresponsabilidad: Lamentablemente constituye un  culto  muy difundido en nuestro país,  que ha generado que “Dar la palabra” no tenga ningún valor o significado. El incumplimiento es casi tradición. Esto genera molestias entre personas que la sufren o compañías que dependen de proveedores, etc. Uno de los signos más inequívocos de la decadencia moral de un país es precisamente el nivel de irresponsabilidad que priva en muchos niveles. Basta mirar el alto índice de deserción escolar, de perversión sexual, de cuanta cosa hablan los medios de difusión para asegurar que esta generación es la muestra más real de la irresponsabilidad humana.
Injusticia: Es el incumplimiento de un pacto. Las leyes, códigos y/o reglamentos son pacto entre los Hombres para poder convivir y el no cumplimiento de ellos le llamamos injusticia.
Trato ilegítimo que comporta la privación de los bienes, o la restricción de la libertad personal realizada sin justificación.

Infidelidad: No trata simplemente del engaño entre parejas. También está las consecuencias sobre hijos, familiares y amigos que en ocasiones sufren  las  consecuencias  de estos actos. La infidelidad, en sí, es un acto de traición hacia la pareja; traición en la confianza depositada en ella (O él). De la cual no es posible repararse. Es como la rotura de un vaso de cristal de roca, pueden pegarse las partes, pero su belleza habrá desaparecido, es irreparable.
Traición: Técnicamente, es traición renegar con dichos o acciones (sean éstas voluntarias o involuntarias), un compromiso de lealtad hacia una idea, asociación, o grupo de pertenencia.
Familiarmente, la traición consiste en defraudar a la familia, amigos, grupo étnico, religión, institución u otro grupo al cual pueda pertenecerse, haciendo contrariamente,  lo que los otros respetan. A menudo, cuando se acusa de traidor, tales acusaciones son controvertidas y disputadas, cuando la persona no puede identificarse con el grupo del cual es miembro, o de lo contrario está en desacuerdo con los líderes del grupo que hacen el cargo.

Indiferencia: Estado de ánimo que no siente atracción ni rechazo por las cosas. Actitud que adopta una mujer hacia un hombre que no le interesa, que es interpretada por el hombre como “se está haciendo la difícil”. Similarmente, la falta de sentido de pertenencia de algunos miembros de las instituciones.
Corrupción: Consiste en un acuerdo inmoral entre un corruptor y un corrupto, o entre corruptos aliados en perjuicio de otros, que beneficia a algunos en sus propósitos particulares, por encima de la ley en el plano político. La corrupción consiste en el uso  del poder público para el logro de beneficios particulares o sectoriales, que no se identifican ni comulgan con el bien común. Es, “el mal uso o el abuso del poder público para beneficio personal y privado”, entendiendo que este fenómeno no se limita a los funcionarios públicos, ya que  el problema de la corrupción no tiene, en rigor, origen en el Estado, sino en las elites que han manejado el estado.
Decimos ser una nación que exige integridad, pero ¿realmente lo hacemos? Decimos que queremos que los políticos sean honestos, pero en realidad no esperamos que lo sean, tal vez porque a menudo no somos nosotros tan honestos como deberíamos serlo. Decimos que somos una nación de leyes, pero a menudo quebrantamos esas mismas leyes -como el límite de velocidad o cruzando la calle imprudentemente- y tratamos de justificar nuestras acciones.



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